
¿Cuántos han de morir para que los gobiernos pongan freno a la violencia fascista y neonazi?
Cuando el dialogo de las ideas se sustituye por la violencia, brutal, primitiva y asesina, significa que la sociedad entra en una espiral desestabilizadora contra la democracia. Ayer un grupo de nazis asesinó a Clément Méric, un joven antifascista de 18 años. Hoy, todos los integrantes de los tres poderes del estado piden calma y castigo a los culpables. ¿No podían haber puesto antes herramientas para impedir este asesinato?